Getting your Trinity Audio player ready...
|
Indice
GPT-5 ha mejorado sustancialmente en sus habilidades y sabe marcar límites.
OpenAI anunció el lanzamiento de GPT-5 tras meses de especulación. El modelo de inteligencia artificial (IA) más avanzado de la compañía hasta ahora promete capacidades optimizadas de razonamiento y menos alucinaciones. OpenAI se ha enfocado en ofrecer la mejor respuesta disponible en las consultas, y en que el modelo sea un experto en codificación y un aliado para la orientación de la salud. La herramienta está disponible desde hoy tanto para usuarios gratuitos como de pago de ChatGPT.
“GPT-3 fue como hablar con un estudiante de preparatoria. GPT-4 fue como hablar con un estudiante universitario. GPT-5 es como hablar con uno de nivel doctorado”, dijo Altman en la presentación del modelo.
GPT-5 incorpora “un rendimiento de vanguardia en codificación, matemáticas, escritura, salud, percepción visual”, y puede encargarse de “tareas de codificación complejas con mínimas indicaciones”. Tal como adelantó Sam Altman, CEO de OpenAI, el algoritmo integra las funciones de razonamiento desarrolladas en la familia o3, lo que le permite ejecutar múltiples actividades en paralelo, como generar contenidos multimedia, interpretar código y realizar búsquedas avanzadas en internet.
Una de las características más destacadas de esta nueva versión es el incremento en su capacidad de memoria y procesamiento. GPT-5 alcanza un rendimiento superior al millón de tokens, una cifra significativamente mayor en comparación con los 128,000 tokens de GPT-4o. En este contexto, un token es la unidad básica de texto que el modelo utiliza para procesar y generar lenguaje. A modo de contextualización, 32,000 tokens es aproximadamente el equivalente a 50 páginas de texto.

Sam Altman calificó a GPT-5 como “un paso significativo en el camino hacia la IAG” durante una rueda de prensa el miércoles. Si bien no llegó a afirmar que el modelo alcance la inteligencia artificial general, Altman señaló que la última versión es “claramente un modelo con inteligencia general”. Añadió que GPT-5 aún carece de las características clave que le permitirían alcanzar la IAG, un término bastante impreciso que se define en los estatutos de OpenAI como “un sistema altamente autónomo que supera a los humanos en la mayor parte del trabajo económicamente valioso”. Por ejemplo, el modelo aún carece de la capacidad de aprendizaje continuo tras su implementación.
¿Cuáles son las implicaciones para profesionales del Derecho?
1. Expedientes que ya no intimidan
Esos legajos interminables, con miles de páginas de pruebas, testimonios y jurisprudencia, pueden ser digeridos de una sola vez. GPT-5 no solo los lee, sino que extrae lo importante, compara contextos y entrega un mapa claro del caso. Esto ahorra horas (y café) a los equipos legales, y permite enfocarse en la estrategia, no en la lectura maratónica.
2. Redacción con bisturí, no con martillo
Ya no se trata de escribir “algo correcto”, sino de producir textos jurídicos finos, claros y adaptados al tono exacto que requiere cada situación: desde la formalidad impecable de una demanda hasta un contrato comercial con lenguaje accesible para el cliente.
3. El asistente que también agenda
Imaginemos un “paralegal digital” que organiza reuniones, envía recordatorios a clientes y coordina tareas internas mientras nosotros revisamos pruebas. Los agentes integrados de GPT-5 permiten esa automatización sin que el equipo pierda el control.
4. Menos humo, más claridad
A diferencia de sus predecesores, GPT-5 es más honesto sobre lo que puede y no puede hacer. Esto, en un mundo legal donde la precisión lo es todo, significa menos riesgo de basarse en información dudosa y más confianza en lo que sí se puede sustentar.
5. La ética no se terceriza
Por muy brillante que sea, GPT-5 no toma decisiones éticas ni evalúa el impacto humano de una acción legal. Ahí el control sigue siendo 100% humano. La herramienta es potente, pero la responsabilidad sigue en la toga del abogado.
En definitiva, GPT-5 se perfila como un socio que puede acelerar, ordenar y afinar la práctica jurídica. La clave será usarlo como un refuerzo de criterio, no como sustituto del juicio profesional.